El día de hoy, la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Carmen Omonte, se refirió al desde hace muchas décadas pendiente protocolo de aborto terapéutico como un asunto “que debe ser evaluado desde todos los ángulos”, “está en mano de los expertos” y “debe analizarse con espíritu cristiano” (http://tinyurl.com/o2z58le)
La SSHP no puede más que lamentar tan desafortunadas declaraciones. El tema ha sido evaluado “desde todos los ángulos” hace mucho tiempo, y tenemos entendido que no está en manos de nadie, sino del propio ejecutivo, reglamentar un protocolo cuya ley fue dictada en las primeras décadas del siglo pasado.
Tampoco es un tema que se pueda esquivar invocando creencias religiosas. Las políticas de salud reproductiva no dependen de opiniones personales y las posturas religiosas sólo han servido, en nuestro país, para entrampar las discusiones e impedir que las mujeres de los sectores menos favorecidos puedan acceder a un aborto seguro, en situaciones de grave riesgo para su vida y la familia que ya tengan formada.
No menos importante es recalcar que las creencias religiosas deben estar completamente fuera de las decisiones de gobierno. Las declaraciones de la ministra, además de representar una flagrante falta de respeto al estado laico que debemos defender si queremos una sociedad equitativa y acorde con el siglo XXI, nos remiten a la clásica postura de “pasar por agua tibia” los temas sociales más importantes y postergados.
Defender el acceso a un procedimiento de aborto sano y seguro es defender la vida de la mujer peruana y la salud reproductiva de nuestra sociedad. Como peruana y como mujer, la ministra Omonte debería entenderlo de ese modo.
En la SSHP estamos seguros de los efectos positivos, en términos sociales y de salud, que la reglamentación de este protocolo tendría sobre la sociedad peruana. Estamos a disposición de todos los grupos de trabajo que se establezcan oficialmente para ponerlo en marcha, así como a debatir públicamente con representantes de sectores que opinen lo contrario.
Lima, 7 de marzo de 2014
SOCIEDAD SECULAR Y HUMANISTA DEL PERÚ